
James Harden, una de las grandes estrellas de la NBA, ha dado la campanada presentando en sus redes sociales su flamante Maserati MC20, en una versión muy personalizada. Si se esperaba que Harden, conocido por sus hazañas en la cancha y su legendaria barba, luciera su inconfundible estilo en un coche, nadie esperaba semejante fusión.
Este no es un Maserati MC20 cualquiera. Este coche se ha personalizado especialmente con los colores de las zapatillas V9 Harden, un nuevo par lanzado por el jugador de baloncesto en colaboración con Adidas. El logotipo Maserati ha sido sustituido por el logotipo V9, un guiño a las zapatillas de la estrella, que se comercializan con el nombre de "Metamorphosis". La personalización, que presenta el tono Semi Court Green, no sólo recuerda el estilo de sus zapatillas, sino también el aspecto de su diseño esculpido, donde las famosas tres rayas de Adidas se reflejan en los gráficos del coche.

Harden no se limitó a posar con su coche de carreras. En sus cuentas de Instagram y X compartió vídeos y fotos, incluyendo una toma en el exterior del Hotel Four Seasons de Atlanta, donde el coche casi parece brillar gracias a su acabado metalizado. Y si te haces la pregunta: "¿De verdad puede un jugador de baloncesto americano subirse a un Maserati MC20?", la respuesta es sí. Incluso con su impresionante tamaño, James Harden parece sentirse perfectamente a gusto al volante de su coche, aunque imaginamos que el acceso al habitáculo no debió estar exento de dificultades para él.
El Maserati MC20, con un precio base de unos 300.000 euros, está lejos de ser un coche corriente. Su motor V6 Nettuno de 3,0 litros, capaz de desarrollar hasta 630 CV, permite a este supercoche alcanzar los 100 km/h en menos de tres segundos y circular a 325 km/h. Un rendimiento que se hace eco de la velocidad y agilidad de James Harden sobre el terreno de juego.
Mientras que Ferrari intenta contener las exigencias, a veces excéntricas, de sus clientesSin embargo, Maserati no parece oponerse a este tipo de personalización única. Maserati se beneficia así de una gran visibilidad, especialmente entre un público que no sólo sigue las actuaciones de la NBA.
Maserati no debería haber aceptado cubrir el logotipo del tridente en el capó, un poco de amor propio como el de Ferrari no vendría mal. Entre eso y la propuesta de trasladar a sus empleados a un país de Europa del Este, aún queda trabajo por hacer. Menos mal que la producción del Grancabrio y el Granturismo vuelve a Módena, porque si no, nos preocuparía mucho que la empresa no entendiera el concepto de "casa de prestigio".
Con todos los grandes superdeportivos que existen, hay que conseguir un torsolo di clone partorito da un'azienda che per l'ennesima volta ai titoli di coda. Será un campeón en el deporte, pero no en las compras.