
Poseer un Ferrari es el sueño de muchos entusiastas del automóvil. Pero como ocurre con cualquier supercoche, hasta la reparación más pequeña puede costar una pequeña fortuna. Esta fue la experiencia de un propietario al que un concesionario le ofreció un presupuesto desorbitado. Ferrari para reparar un simple problema de la bomba de combustible.
En lugar de meter la mano en la cartera, decidió realizar él mismo las reparaciones. Tras una meticulosa investigación, encontró piezas Bosch, idénticas a las originales de Ferrari, y sustituyó las bombas desgastadas, así como las juntas y las abrazaderas. ¿Coste total de la operación? Sólo 300 euros (unos 325 dólares). Un resultado sorprendente si se tiene en cuenta que el concesionario pedía mucho más.
Según este aficionado al bricolaje, la maniobra no fue tan complicada: Un poco de habilidad y paciencia bastaron para volver a poner en pie el supercoche. Hay que decir que este Ferrari 360 Spider no era el primer coche que restauraba con sus propias manos. Su canal de YouTube, popular por sus consejos de reparación, ilustra hasta qué punto el conocimiento y la curiosidad pueden sustituir facturas astronómicas.
Conviene recordar, por supuesto, que convertirse en mecánico improvisado entraña riesgos: un pequeño error puede convertirse en un gran lío. Los Ferrari son famosos por su fiabilidad (más de 90 % de todos los modelos fabricados siguen funcionando), pero sus piezas son caras y el más mínimo error durante una reparación casera puede disparar rápidamente la factura.
Pero la hazaña de este propietario demuestra que, con preparación y las herramientas adecuadas, es posible, puede reducir los costes de mantenimiento de una máquina deportiva de este tipo. Por supuesto, no todo el mundo puede recurrir a esta solución. En el caso de una avería más grave, la factura y la complejidad de las reparaciones poco tienen que ver con la sustitución de unas simples bombas de combustible. Pero para averías comunes, y siempre que se sepa lo que se hace, esta historia es un recordatorio de que a veces es posible evitar un presupuesto desorbitado sacando la caja de herramientas. Al final, este avispado propietario se ahorró varios cientos o incluso miles de euros.