Es un caso que bien podría hacer sonreír a la gente. ¿Podría un emoji, ese insignificante simbolito de nuestras pantallas, anular realmente una venta de Ferrari ? La respuesta se encuentra en una disputa legal sobre la cancelación de un pedido de un Ferrari SF90 Stradale.
Pide un Ferrari SF90 Stradale, pero la entrega tarda demasiado
Todo empezó cuando un comprador alemán, con un depósito de 60.000 euros, encargó un Ferrari SF90 Stradale. La entrega del vehículo estaba prevista para antes del final del primer semestre de 2022.Pero un retraso en la producción alteró la fecha prevista.
¿La causa del retraso? Un problema con las baterías, cuya reparación sigue aplazando la entrega. El SF90 Stradale es un híbrido recargable. El 9 de mayo, el comprador se enteró de que su sueño de ponerse al volante de su Ferrari aún tenía que esperar. Por último, fija una fecha límite: el 31 de mayo de 2022. Como seguía sin ver nada, el comprador decidió romper el contrato el 1 de junio. Pidió que le devolvieran la señal.
El emoji 😬, objeto de un malentendido entre comprador y vendedor
Todo parecía bastante sencillo: un coche no entregado a tiempo, un contrato cancelado. Pero entonces un detalle tan insignificante como un emoji de WhatsApp llega al meollo de la disputa. Cuando se anunció el retraso, el vendedor escribió al cliente: "El SF90 Stradale se ha pospuesto hasta la primera mitad de 2022". El decepcionado comprador responde con un simple "Uy" acompañado de un emoji 😬.
El vendedor lo tomó como una confirmación tácita de la ampliación del plazo de entrega hasta finales de junio de 2022, pensando que el emoji y el "Uy" eran un acuerdo implícito del comprador. Por lo tanto, no canceló el pedido en contra de la decisión del comprador. Fue a partir de este momento cuando la relación se deterioró, ya que el vendedor, por un lado, pensaba que había recibido la confirmación de una entrega para finales de junio, mientras que el comprador quería cancelar su pedido el 1 de junio. El desacuerdo llegó hasta los tribunales.
El veredicto judicial
Tras una sentencia inicial contraria al comprador, éste recurrió, y el Tribunal de Apelación anuló la sentencia inicial. El tribunal dictaminó que la respuesta del cliente, aunque fuera acompañada de este emoji, no indicaba en modo alguno su consentimiento para prorrogar la entrega. Conviene aclarar que "Uy" es sólo una exclamación, no un acuerdo.
Pero aún no ha terminado. El vendedor había reclamado una indemnización de 110.000 euros, alegando que el Ferrari se vendería con pérdidas. Pero el tribunal dictaminó que el vendedor no tenía base para esta reclamación.
Este caso es un recordatorio de cómo los intercambios digitales, como un simple mensaje de WhatsApp o un emoji, pueden tener importantes implicaciones legales. Así que la próxima vez que envíes un emoji en respuesta a un anuncio o un retraso, recuerda que podría interpretarse de forma completamente distinta a la que pretendías.
Tendré mucho cuidado cuando compre mi próximo Ferrari. Un hombre vale por dos advertencias. Así que yo también advierto a mi doble.