
Hace una semana ya hablábamos de Nuevas dudas sobre el futuro motor de Ferrari para 2026en los albores de un nuevo ciclo del motor en Fórmula 1. Menos de una semana después, el medio alemán Auto Motor und Sport confirmó lo que muchos ya sospechaban: Ferrari (al igual que otros fabricantes de motores) no tiene tanta confianza como Mercedes de cara a esta revolución técnica, y sigue intentando influir en las reglas del juego.
Mercedes confía, Ferrari y Red Bull insisten en el cambio
Mientras Mercedes mantiene la calma ante el reglamento de 2026, Ferrari y RB Powertrains siguen presionando para que se modifique el reparto de potencia entre el motor de combustión interna y el eléctrico, al menos en las carreras. Una insistencia que dice mucho de las dudas que se ciernen en Maranello.
La normativa actual prevé un equilibrio de 55 % térmicas / 45 % eléctricas. Ferrari y Red Bull querrían cambiar este reparto hacia una mayor potencia térmica, esgrimiendo argumentos ligados a la seguridad y al atractivo del deporte. Entre bastidores, sin embargo, parece claro que los dos equipos buscan sobre todo compensar un retraso en el desarrollo de sus motores híbridos.
El medio alemán AMuS informa de que en la próxima reunión de la comisión de la F1 se debatirá una nueva propuesta. Consistiría en reducir la potencia eléctrica a 200 kW durante las carreras (frente a los 350 kW previstos inicialmente), manteniendo la distribución actual para la calificación. Un compromiso técnico que parece delatar cierto febrerismo.
Déjà vu: el fantasma de 2014 se cierne sobre 2026
Para Ferrari y sus clientes de 2026 (Cadillac y Haas), el temido escenario está clarísimo: revivir 2014, cuando el motor Mercedes dominó escandalosamente la prueba cuando se introdujeron los V6 híbridos. Una diferencia de rendimiento tan grande que tardó varias temporadas en cerrarse.
El temor es tanto más palpable cuanto que Mercedes se mantiene inflexible. Toto Wolff no se anda con rodeos: "Es un auténtico sketch. Hablamos de ello cada semana, pero las reglas están establecidas. Tenemos que darles una oportunidad". Mercedes, junto con Audi y Honda, se niegan a cualquier cambio, al considerar que cualquier modificación tardía dañaría la estabilidad y la credibilidad de la F1.
¿Por qué esta presión de Ferrari?
Si Ferrari estuviera tan serena como Mercedes, sin duda adoptaría la misma línea de continuidad. Pero su insistencia en ajustar el reparto combustible/eléctrico sugiere que el motor de 2026, que tendrá que equipar el Scuderiay Cadillac, podrían quedarse cortos. En una época en la que la electrificación representará casi el 50 % de la potencia total, este déficit podría ser muy costoso.
Otro dato revelador: Alpine abandonó recientemente su propio proyecto de motor para 2026, prefiriendo apostar por el bloque Mercedes. Una elección estratégica que dice mucho de la percepción actual de los fabricantes de motores.
Una batalla técnica y política
La Fórmula 1 también es un juego de influencias. Al intentar obtener un cambio en el reparto térmico/eléctrico, Ferrari y Red Bull esperan evitar un nuevo ciclo de dominio técnico. Pero para cambiar la normativa se necesita una mayoría de 4 de cada 5 automovilistas, un escenario poco probable hoy en día.
Por tanto, la FIA se enfrenta a un dilema: preservar la estabilidad reglamentaria que tanto ha costado conseguir o abrir un arriesgado resquicio legal, con posibles consecuencias técnicas, económicas y políticas de gran alcance.