Ferrari F1: ¿algunas dudas sobre el nuevo motor para 2026 frente a Mercedes?

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Motor SF-21 Scuderia Ferrari 065/6

Mientras que el Fórmula 1 Con la temporada 2026 cada vez más cerca, Ferrari vuelve a estar en el centro del debate. Un nuevo ciclo técnico, tensiones políticas, posiciones divergentes entre fabricantes: el proyecto del nuevo motor Ferrari se desarrolla en un contexto altamente estratégico. He aquí las últimas informaciones clave sobre el desarrollo de este motor, y las cuestiones que rodean su diseño.

El reglamento de 2026 confirmado oficialmente... sin el V10

En una reunión celebrada en Bahréin entre la FIA, la F1 y los fabricantes de motores, los organismos confirmaron su total compromiso con el reglamento de motores previsto para 2026. Adiós a la idea, apoyada por Ferrari y Red Bull, de volver a los motores V10, aunque sea con combustibles sostenibles. Mercedes, Honda y Audi se opusieron a este paso atrás y prefirieron seguir desarrollando motores híbridos. El resultado: el futuro motor de F1 seguirá siendo un V6 1.6L turbo híbrido, pero se modificará radicalmente.

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Recordatorio de las normas para el nuevo motor híbrido

La principal novedad de la normativa de 2026 es el equilibrio entre energía térmica y eléctrica. En la actualidad, la energía eléctrica representa alrededor del 20 % de la energía suministrada. Esto cambiará en 2026, esta cifra ascenderá a casi 50 %El sistema MGU-H se desechará por considerarse demasiado complejo y costoso.

El objetivo: reducir el impacto medioambiental manteniendo un alto nivel de prestaciones gracias a una hibridación simplificada y al uso de combustibles sostenibles 100 %. Este cambio tecnológico, acogido con satisfacción por nuevos participantes como Audi y Cadillac, requiere una revisión completa no solo de los motores, sino también del chasis y la aerodinámica de los monoplazas.

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Ferrari y Red Bull: ¿alcanzando a Mercedes?

Detrás de su deseo de volver a los V10 se esconde otra realidad. Según Auto Motor und Sport, Al parecer, Ferrari y Red Bull están preocupados por no estar a la altura de Mercedes en el campo de la electrificación. Así que su verdadero objetivo no es un retorno nostálgico al V10, sino más bien un reequilibrio del reparto de potencia.

Oficialmente fijado en 55 % de combustión y 45 % eléctricos, este reparto podría, si la mayoría de los fabricantes de motores están de acuerdo, revisarse a 70/30 o incluso 80/20 a favor de la combustión, al menos durante los primeros años. Este compromiso daría tiempo a Ferrari y Red Bull para ponerse al día con los eléctricos.

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Pero para aprobar tal cambio se necesitaría una supermayoría: el acuerdo de al menos 4 de los 5 fabricantes de motores implicados (Ferrari, Mercedes, Honda, Audi, Red Bull). Mercedes, sin embargo, se mantiene firme en su postura, lo que hace muy improbable cualquier cambio.

Cambiar el equilibrio entre la combustión y la energía eléctrica a estas alturas plantearía grandes problemas. Los conceptos de motor ya están muy avanzados, al igual que los diseños de las baterías, los turbos, los radiadores y el chasis. Cambiar la potencia eléctrica significaría poner en peligro cientos de millones de euros de inversión y socavar la credibilidad de la FIA ante los fabricantes.

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Tanto más cuanto que cualquier reducción del componente eléctrico supondría una disminución de la potencia o un aumento de las necesidades térmicas, con todas las limitaciones asociadas: presión del turbo, tamaño del depósito, peso, dimensiones y refrigeración. Para Ferrari, el objetivo es claro: ofrecer el mejor motor para no revivir los primeros tiempos de los motores híbridos en 2014.


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