
La temporada 2025 de Ferrari en Fórmula 1 no tuvo el comienzo esperado. Después de una actuación decepcionante en el primer Gran Premio de Australiay un doble inhabilitación en Chinael Scuderia se encuentra en una situación especialmente tensa. El próximo reto es Suzuka, un circuito exigente en el que Ferrari tiene que dar la vuelta a la situación. Los ingenieros de Maranello están bajo más presión que nunca, y hay rumores de que el equipo está trabajando duro para hacer algunos cambios importantes para el Gran Premio de Japón.
El problema identificado: la gestión del suelo plano y la suspensión trasera
El principal problema que afectaba al SF-25 parece ahora claramente identificado. Según varias fuentes, Ferrari sufre una mala gestión de la altura de conducción y un fallo en la rigidez de la suspensión trasera. Estos fallos se pusieron de manifiesto en los dos últimos Grandes Premios. En China, el SF-25 de Lewis Hamilton sufrió un desgaste excesivo en la parte inferior, lo que provocó su descalificación. Este problema de control del fondo plano está relacionado con la parte trasera del coche.
Ferrari ha optado por un esquema de suspensión pull-rod en la parte trasera, una configuración que comparte con Haas. Sin embargo, el problema reside en los cambios introducidos esta temporada, sobre todo en la configuración de los brazos de suspensión. El compromiso entre aerodinámica y mecánica es complejo. Los ingenieros de Maranello están trabajando intensamente en estos aspectos para intentar resolver los problemas de desgaste de la parte inferior sin comprometer el rendimiento aerodinámico.
En Maranello, la dirección técnica, dirigida por Loïc Serra, tomó cartas en el asunto. Tras darse cuenta de la magnitud del problema, los ingenieros decidieron adelantar el montaje del nuevo fondo, previsto inicialmente para el Gran Premio de Bahrein. Según varias fuentes internas, Ferrari está considerando la posibilidad de utilizar el sistema ya en el Gran Premio de Japón, con la esperanza de liberar el potencial de rendimiento del SF-25.
El reto al que se enfrenta la Scuderia es importante. Aumentar la altura del suelo del coche para evitar el desgaste de la parte inferior podría suponer una pérdida de rendimiento aerodinámico. Por el contrario, endurecer la suspensión podría afectar a la estabilidad del coche en las curvas lentas. Ferrari se encuentra, por tanto, en una situación de compromiso en la que cada decisión tendrá repercusiones en el rendimiento global del coche.
Loïc Serra, bajo presión
El tiempo corre. Como nuevo director técnico de Ferrari, Loïc Serra está sometido a una inmensa presión para volver a poner en marcha el SF-25. Las últimas descalificaciones han ensombrecido la fiabilidad del proyecto y, mientras rivales como McLaren parecen estar en plena forma, la Scuderia no puede permitirse perder más terreno. El Gran Premio de Suzuka será una verdadera prueba para el urgente trabajo realizado por el equipo técnico. Si los nuevos desarrollos permiten a Ferrari recuperar su competitividad, la Scuderia podrá afrontar el resto de la temporada con un poco más de optimismo. Por otro lado, un nuevo fracaso en competición podría obligar a Ferrari a reevaluar su proyecto de forma más drástica, reorientando sus recursos hacia futuros modelos, en particular el coche de 2026.