
El Gran Premio de Arabia Saudí de Fórmula 1 en el circuito ultrarrápido de Jeddah iba a marcar un punto de inflexión para Ferrari. En cambio, hubo caras largas en el clan rojo. Por un lado, Charles Leclerc, que se clasificó cuarto, no ocultó su decepción. Por otro, Lewis Hamilton, relegado a la séptima plaza, no ocultó que estaba "perdido" con este coche.
Leclerc, lúcido y amargo: "Nos falta potencial".

Con una diferencia de casi 4 décimas sobre Max Verstappen, que logró la pole y estableció un nuevo récord del circuito, Charles Leclerc lo dio todo en la sesión de clasificación. Incluso se acercó al muro en varias ocasiones para sacar el máximo partido de su SF-25. Y sin embargo, el monegasco no estaba nada satisfecho.
"Es una gran decepción porque éste es un circuito en el que teníamos grandes expectativas. Lo de hoy confirma que nos falta potencial en general", dijo sin rodeos.
Estos comentarios, cargados de significado, van a contracorriente del discurso, a menudo optimista, del jefe del ScuderiaFrédéric Vasseur, que insiste en que el monoplaza aún tiene potencial por explotar. Leclerc, por su parte, parece haber encontrado un reglaje que le va bien... pero que hace que el coche sea muy difícil de conducir.
"He encontrado un sistema de dirección que me permite rendir bien en clasificación, pero esta puesta a punto hace que el coche sea muy difícil de conducir. Estuve a punto de chocar contra los muros varias veces", explicó, sugiriendo que Ferrari estaba aún muy lejos de una solución óptima.
Hamilton se estanca: "Hemos perdido el rumbo este fin de semana".

La situación de Lewis Hamilton es aún más preocupante. Tras sufrir desde los entrenamientos libres, el británico nunca pareció en condiciones de luchar por las primeras filas. Terminó 7º, a casi un segundo de la pole... e incluso por detrás del Williams de Carlos Sainz, irónicamente.
"Hemos perdido el rumbo este fin de semana. Ni siquiera fui capaz de progresar mucho sesión tras sesión", admitió, claramente falto de soluciones.
Ya en un segundo plano en Bahréin, Hamilton sigue luchando por encontrar su sitio con el SF-25. Su estilo de conducción, heredado de sus días en Mercedes, parece difícil de adaptar al nuevo Ferrari. A pesar de ello, sigue siendo combativo:
"Estoy contento de haber pasado a la Q3, que no estaba ni mucho menos garantizada. Estoy agradecido, aunque todavía me queda mucho trabajo de adaptación. Quizá estoy tan anclado en mi estilo que nunca cambiará, pero estoy haciendo todo lo que puedo entre bastidores".
Una Scuderia con dos caras
El contraste entre los dos pilotos es sorprendente: Leclerc está rindiendo bien, pero a costa de conducir al límite, y Hamilton sigue buscando lo básico. Aunque Ferrari ha progresado ligeramente desde Bahréin, la distancia con Red Bull sigue siendo enorme.
La pregunta ahora es clara: ¿tiene realmente el SF-25 el potencial que puede desbloquear... o ha llegado ya al máximo de lo que puede ofrecer? La respuesta llegará en las próximas carreras, pero de momento, en Maranello hay más dudas que certezas. La decisión de concentrar sus esfuerzos en el coche de 2026 llegará probablemente antes de lo esperado.