
Ferrari se prepara para el lanzamiento de un modelo capital en su historia con la presentación de su primer coche totalmente eléctrico, prevista para el 9 de octubre de 2025. Se trata de un momento clave para la marca italiana, cuyos motores de combustión son el alma de sus coches. Sin embargo, mientras Ferrari se prepara para dar sus primeros pasos en los vehículos eléctricos, persiste la incertidumbre sobre la acogida del modelo.
Ya en 2021, Ferrari anunció su intención de lanzar un coche eléctrico de 100 % en 2025, Esta transición forma parte de su plan estratégico 2022-2026. Este plan tiene como objetivo una división de 40 coches de combustión % y 60 coches híbridos y eléctricos % para 2026. Sin embargo, Ferrari no pretende hacer una "transición" total a lo eléctrico, sino más bien un "añadido" a su oferta. El CEO de Ferrari, Benedetto Vigna, ha declarado: "No hablamos de una transición eléctrica, sino de adiciones" a su catálogo.
El mayor reto es la capacidad de Ferrari para mantener su legado y satisfacer al mismo tiempo las demandas del mercado de vehículos eléctricos. El objetivo es producir un modelo que no abandone las excepcionales sensaciones de conducción que ofrecen sus coches con motor de combustión. Uno de los mayores retos de Ferrari será, por tanto, combinar las prestaciones de un motor eléctrico con la experiencia de conducción única que caracteriza a sus coches. Esta aventura tecnológica tendrá lugar en el flamante Ferrari E-Building de Maranello, un espacio de 42.500 metros cuadrados dedicado a las tecnologías eléctricas.
Sin embargo, la marca no oculta su preocupación. En su último informe a los inversores, Ferrari hizo hincapié en la incertidumbre que rodea a esta nueva etapa. La marca mencionó específicamente en sus notas: "La integración de la tecnología híbrida y de motor eléctrico en nuestra cartera de productos puede afectar a la experiencia general del conductor en comparación con los coches con motor de combustión de nuestros modelos históricos, y la reacción a largo plazo de nuestros clientes a estas nuevas tecnologías, en particular con respecto a los modelos totalmente eléctricos, sigue siendo desconocida."
Esta incertidumbre no se limita a la propia tecnología, sino también por el impacto en el valor residual de los coches. Ferrari advierte: "Aunque esperamos seguir poniendo un precio adecuado a nuestros coches para recuperar la inversión y el gasto que estamos realizando para integrar tecnologías eléctricas y otras tecnologías avanzadas en nuestros coches, no podemos estar seguros de que este gasto se vaya a recuperar totalmente o de que se vaya a recuperar con los márgenes deseados. Además, esta transformación de la tecnología en nuestros coches puede crear riesgos e incertidumbres con respecto al impacto en la experiencia del conductor y la posible obsolescencia de componentes clave, lo que puede afectar al valor residual de nuestros coches con el tiempo."
El mercado de los coches eléctricos de lujo es aún relativamente joven, y Ferrari parece cautelosa sobre el futuro de este segmento. La competencia es feroz, y está claro que marcas como Maserati han tenido dificultades para establecerse en este nicho. Ferrari también es consciente de que la demanda de coches eléctricos de gama alta podría aumentar, pero a un ritmo más lento que el de los coches eléctricos destinados al gran público. Por último, como señala Ferrari: "Si el diseño de nuestros futuros modelos no responde a los gustos y preferencias cambiantes de nuestros clientes y clientes potenciales, o a la apreciación del público en general, nuestra marca podría resentirse y nuestras ventas podrían verse afectadas".